Al cambiar de horizonte, son muchas las
cosas que se plantean y muchos los cambios que tienen lugar, tanto
en lo externo como en lo interno.
Vale
la pena destacar que estudiar en un centro de formación
de un país más desarrollado implica adaptarse a
vivir en un medio muy veloz y con gran exigencia. También
puede ocurrir que el lugar elegido, por razones especiales, funcione
dentro de una sociedad menos avanzada. El shock se va a dar igual,
pero el retorno nos demandará un tiempo menor de "acomodamiento".
Analicemos
el caso más común: estudiar en los Estados Unidos
o Europa. Una vez terminada la capacitación, hay un
momento muy especial, es cuando se produce el choque del regreso,
el reencuentro con lo nuestro y la reinserción en el mercado
laboral. Esto adquirirá más o menos trascendencia
de acuerdo a las características personales de cada uno
y en cierta medida dependerá del tiempo transcurrido en
el exterior, pero difícilmente podremos sustraernos a la
sensación creada.
Por
un lado recuperaremos el gusto por las cosas que reencontramos,
pero por el otro acusaremos el cambio no sólo de estilo
de vida sino también de perspectivas, ambiente laboral,
proyecto de país y condiciones tecnológicas.
Volver a casa
Algo
que todos sabemos es que acá no se dan las mismas condiciones
de trabajo que en centros más desarrollados. Por lo tanto
hay que tener muy claro cuál fue el objetivo que perseguíamos
cuando partimos en busca de capacitación. Durante nuestra
permanencia en el extranjero habremos cambiado internamente en
muchos aspectos, pero al volver, el entorno que nos rodea no sufrió
la misma metamorfosis. Por eso se hace muy difícil
la reinserción.
En
demasiadas ocasiones vi que, al regresar, estas personas encuentran
dificultad para adaptarse porque les cuesta desprenderse de esa
otra realidad experimentada afuera. Es razonable tratar de reproducir
las condiciones internalizadas, pero no podemos vivir suspirando
por lo que vimos allá o tomando actitudes del estilo
de "allá esto se hace mejor" o "yo
allá podía hacer esto así", o "esto
allá no habría ocurrido". Lo que las empresas
buscan es que los conocimientos que traemos se adecuen a nuestro
medio tratando de mejorarlo, dentro de nuestra perspectiva y de
las posibilidades prácticas de su aplicación.
Otra
dificultad, más frecuente de lo que se supone, es la de
aquéllos que, haciendo un verdadero esfuerzo, realizan
algún curso en el extranjero y, por no haberse informado
previamente, descubren o les hacen descubrir que esa capacitación
pudo hacerse aquí a un costo menor, o que no tiene aplicación
pues existen otras técnicas igualmente eficaces.
Y
lo fundamental es que no podemos hacer girar todo nuestro perfil
sobre el eje de lo que estudiamos allá, pues aunque esto
es provechoso, no es lo único que nos van a exigir en nuestra
labor profesional, ni es más ni es menos que un complemento
dentro del conjunto de nuestras capacidades innatas y adquiridas.
Reflexiones Finales
Sin
duda toda oportunidad de capacitación es importante y hacer
el esfuerzo de obtener estos conocimientos fuera del país
es meritorio.
Quien
emprenda este camino debe tener conciencia de cuál es
el panorama que puede esperarle al regreso y estar preparado
para ello.
Es
imprescindible informarse seriamente con personas idóneas
sobre las posibilidades de estudio que se ofrecen en otras latitudes
y cuál resulta más conveniente en relación
a nuestro medio, nuestras condiciones personales y el momento
de nuestra carrera profesional.
Debe
tenerse muy presente que las empresas quieren resultados y eso
es lo que esperan de nosotros. Es de su interés saber cómo
obtuvimos los conocimientos necesarios para cumplir las metas
preestablecidas, pero más lo es comprobar que podemos
aplicarlos con eficiencia y realismo, sin tropezar con elementos
conflictivos por dificultades de readaptación.