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Trabajar mientras se estudia: ¿Sí o No?


Esta pregunta no cabe para aquéllos que por imperio de la necesidad tienen que obtener dinero sí o sí.
Pero en los casos en que afortunadamente puede posponerse el tema de trabajar hasta obtener un título profesional, suele plantearse que no es necesario adquirir esta experiencia laboral antes de haberse graduado. ¿Realmente es así?


Experiencia: ¿Laboral o Profesional?

Si bien parecen decir la misma cosa, hay una diferencia de matiz que provoca confusiones.

Se entiende por "experiencia laboral", al conocimiento adquirido en el desempeño de funciones de cualquier tipo, en cualquier organización, grande, pequeña o unipersonal. Puede ser realizando tareas calificadas o no, en horario de jornada reducida o tiempo completo.

En cambio la "experiencia profesional" como la misma palabra lo dice, es toda aquélla obtenida en forma independiente o en relación de dependencia, que puede ser rentada o no, pero que siempre se obtiene en el ejercicio de la profesión.

¿Qué importancia tiene la experiencia laboral?

Por un lado significa un mérito, en tanto se ha realizado un esfuerzo cumpliendo con dos compromisos serios al mismo tiempo. Por otro, el que emprende su trayectoria laboral va adquiriendo poco a poco, lo que podríamos llamar la "cultura del trabajo", como por ejemplo cumplir un horario, acatar órdenes, integrarse a un grupo de personas formando un equipo, etc.

Para los empleadores que incorporan profesionales sin experiencia en su campo de formación, los antecedentes laborales (independientemente de las tareas que hayan desarrollado) serán importantes porque aseguran que ya han adquirido una razonable cuota de lo que definimos como "cultura del trabajo" y, por decirlo de un modo simple, "esa asignatura ya está aprobada". De ahí que, a todas luces, sea conveniente que los estudiantes comiencen a trabajar por lo menos en la segunda mitad de sus carreras aún en tareas no vinculadas a su formación.

Toda experiencia laboral, de una forma directa o indirecta, acerca al profesional con su actividad, porque haga lo que haga, siempre su óptica estará condicionada a sus intereses personales o profesión elegida. Una futura psicóloga, en funciones de telefonista, invariablemente va a cumplir sus tareas desde la perspectiva de su formación, y va a aprender de esa tarea aún cuando no lo perciba.


¿Qué importancia tiene la experiencia profesional?

Este tipo de experiencia, a lo largo de la carrera, es la ideal, porque se relaciona paulatinamente con el área de interés, afín a la formación. Esto puede redituar beneficios en varios sentidos:

  • Contactarse con personas que están trabajando en aquello que un día va a ser el campo de laboral.

  • Aprender de ellos, escuchar sus consejos y secretos profesionales.

  • Ser conocidos y reconocidos dentro de ese medio.

  • Aprovechar mejor todos los conocimientos que se incorporan en el terreno teórico, vinculándolos con la experiencia viva.

  • Poder tomar decisiones, con mayor conocimiento, sobre diversos puntos, como la conveniencia de seguir tal o cual orientación o, si es necesario, reforzar algún aspecto con cursos o seminarios que profundicen temas en particular, útiles a la hora de ejercer como profesional. Esto ahorrará un tiempo precioso, porque en el momento de graduación se tendrán ya adquiridas las capacitaciones complementarias más necesarias.

  • Finalmente, lo más trascendente, poder chequear si la carrera que se está siguiendo es realmente la que más gusta, o saber si no hay otras áreas que satisfacen mejor las expectativas. Esto permite corregir orientaciones profesionales equivocadas, con la suficiente anticipación y con el menor costo emocional.


¿Qué opinan las empresas?

En términos generales, todos saludan de buen grado la experiencia anterior. En algunos casos, se requiere que el postulante a ingresar a empresas grandes no aporte conocimientos previos en un área específica, para que no "arrastre mañas" o formas de trabajar distintas a la "cultura organizacional" que la empresa sostiene.

De todos modos, las tareas de pregrado son generalmente muy bien vistas. Incluso se entiende que el promedio académico en estos casos puede ser ligeramente inferior a otro postulante que se dedicó exclusivamente a estudiar, como única responsabilidad.

Lo que no se puede hacer es utilizarla como excusa para malos promedios, falta de capacitación extracurricular (idiomas, computación, etc.). No sirve para justificar una cursada más prolongada de lo razonable con el pretexto de que se trabajó simultáneamente.


¿Qué opina la familia?

A veces, con la mejor de las intenciones, y en ocasiones por temor al abandono de la carrera, opinan que "mejor que estudie primero y luego tranquilo y sin apuro busque trabajo". La intención es excelente, pero no siempre es lo más aconsejable. Si la idea es que se va a recargar de compromisos, debe tenerse presente que la capacitación continua es hoy un concepto clave, y esto significa que una vez graduado, tendrá ineludiblemente que trabajar y seguir estudiando.

Otras veces, se opina que lo ideal es trabajar en la empresa de la familia. Esto no siempre es bueno, porque el nivel de exigencia es mucho menor. Sin embargo, si no hay otra posibilidad a la vista, vale como alternativa. Es posible también que el motivo de la capacitación sea para ser aplicada en esa empresa familiar. No debe descartarse, entonces, la posibilidad de "transitar" un poco por el mundo laboral exterior y volver finalmente a la empresa con nuevas y enriquecedoras experiencias.


Una buena posibilidad: Summer Jobs

Esta es una opción mundialmente difundida y bien considerada. Las pasantías de verano dan experiencia y hablan bien de quien las realiza. Es una buena posibilidad para aprovechar las vacantes de las empresas, por las licencias de personal efectivo.

Quizás durante la época de clases se dedique al estudio de lleno, pero el receso es un buen momento para ir introduciéndose en el mercado laboral.

Personalmente no creo que haya excusas para "eludir" trabajar cuando no se está cursando. Aún en el caso de que se aproveche ese tiempo para preparar finales de materias, los horarios para trabajar se pueden acomodar.

Fuente: Revista Becas & Empleos Nº 73. Autor: Lic. Liliana Velarte

 


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