Lo
que dicen los gestos (Más allá de las palabras)
La
entrevista es un intercambio de información verbal y no
verbal. Hay una serie de mensajes no explicitados que el entrevistador
recogerá, basado en gestos, modalidades y entonación
de la voz, silencios, posturas corporales, movimientos de las
manos, y expresión facial. Este lenguaje no verbal ayuda
a reforzar lo que se dice. El entrevistador, a su vez, también
emite mensajes que un postulante atento podrá captar y
aprovechará para conocer un poco más a su interlocutor.
Los
entrevistadores hábiles que saben hacer preguntas, tienen
sensibilidad para interpretar el lenguaje corporal del aspirante,
y conciencia de su propia comunicación no verbal, además,
comprenden el impacto del tono de voz y la importancia de la mutua
inteligencia. Con estas habilidades, conseguirán al fin
la información que buscan.
El "clima" de la entrevista. (Buscando el clima ideal)
En
todo momento se debe procurar mantener un clima cordial y demostrar
un espontáneo deseo de colaborar con el selector, con una
actitud franca y abierta. No debe verse a quien procede a entrevistar
como un obstáculo para obtener el empleo, sino como una
persona que está actuando para que usted y la empresa obtengan
el mejor resultado.
Sin
embargo no hay que perder de vista que se trata de una formal
evaluación laboral y no de una distendida reunión
social, permaneciendo atento a todos los detalles. Si le formulan
algunas preguntas aparentemente inofensivas y hasta banales, es
conveniente prestarles atención, ya que en algunas ocasiones
un entrevistador hábil puede encadenarlas hasta conducir
al candidato a terrenos resbaladizos.
En
ninguna circunstancia trate de engañar a su interlocutor,
que puede no dar muestras de haber descubierto su treta para no
crear una situación embarazosa, pero al redactar su informe,
lo hará de manera desfavorable para usted. Nunca discuta
las opiniones de su entrevistador, ni exprese puntos de vista
sobre temas delicados, como política o religión,
pues no conduce a nada positivo.
Entrevistadores (Perfil del entrevistador)
Más
allá de las diferentes metodologías, es necesario
recordar que quien entrevista es un ser humano, con sus
rasgos de personalidad y modo de ser (cordial, protocolar, extrovertido,
disperso), que a su vez puede estar afectado por factores circunstanciales.
Por lo tanto, no se involucre demasiado en los problemas del
otro, manteniendo muy claros sus objetivos, tratando de exponer
sus ideas con claridad, remarcando sus puntos fuertes y dejando
ver que sabe en qué aspectos no se destaca y cómo
cree poder recompensarlos.
Independientemente
de las características del selector, el tratar de comandar
la entrevista o pretender apabullarlo con su locuacidad, es tiempo
perdido. No lo intente. Nunca dio resultado. Escuche, analice,
piense, y responda sin ambigüedades ni titubeos. Tómese
el tiempo justo para elaborar sus respuestas.
Formatos de entrevistas
-
Introductoria
o de primer contacto: Reunión informal previa al
ingreso como pre-candidato.
-
Individuales: Se analizan los antecedentes consignados
en el curriculum.
-
Grupales: Varios postulantes deben interactuar y resolver
situaciones simuladas.
-
Entrevistadores múltiples: Un equipo de entrevistadores
formulan preguntas a cada candidato.
Ejes temáticos de las preguntas
Todos
los postulantes saben que deberán responder sobre antecedentes
en formación y experiencia, pero en ocasiones se sienten
desconcertados ante ciertas preguntas, como uso del tiempo libre,
cuestiones personales, gustos y preferencias. Todas las preguntas
tienen un por qué y apuntan a algún aspecto en concreto.
Según
su formulación, las preguntas pueden clasificarse en :
Cerradas:
se responden por "sí" o por "no". No
aportan demasiada información.
De sondeo: permiten ir más
a fondo en busca de información sobre algún punto
de interés especial. Son del estilo de ¿por qué?,
¿qué sucedió después?, ¿cuál
fue la causa?
Hipotéticas:
dan información relativa a la capacidad de razonamiento.
Pueden ser ¿qué haría usted si...?, ¿cómo
resolvería usted...? Ofrecen una excelente oportunidad
para destacar puntos fuertes.
Intencionadas:
obligan a elecciones indeseables o directamente imposibles. Colocan
al candidato en aprieto. Los buenos profesionales no las utilizan.
Por ejemplo: "Si tuviese que optar entre atender un imprevisto
fuera de hora en la empresa y cumplir con un compromiso familiar
¿por cuál se resuelve usted?" Probablemente
se esté midiendo su poder de reacción, más
que la pregunta en sí misma. No permita que lo descoloque
o le haga perder la calma. Sonría, repregunte, implique
a su interlocutor en la respuesta, o analícela junto a
él.
Capciosas:
son aquéllas que sólo dan lugar a una respuesta.
Un entrevistador profesional sabe que son estériles, y
no permiten arribar a ninguna conclusión. Por ejemplo:
"Cuando se inscribió en la carrera de Antropología
Cultural sabía que con ese título no conseguiría
trabajo... ¿no es así?". Sonría,
cuente hasta diez y, con calma, responda con fundamento. Evite
crear un clima tenso. Si el selector está tratando
de provocar una situación de nervios, al menos no le preste
su colaboración.
Abiertas:
sin dudas, son las más eficaces. Aportan información
valiosa y permiten demostrar la destreza de comunicación
verbal y el patrón de expresión no verbal del aspirante.
Generan nuevas preguntas y la oportunidad de comunicar ideas.
Los inconvenientes que se pueden presentar son que se abunde en
detalles que no tienen que ver con el puesto o que se quiera abarcar
demasiada información. Hay que tratar de recortar la
respuesta, adecuándola a la búsqueda solicitada
y no extender más de dos minutos la exposición.
Esquema básico de una entrevista individual
En
una típica entrevista individual se cumplen cinco tiempos.
El orden secuencial puede estar alterado, pero fácilmente
se reconocerán los siguientes momentos:
-
Etapa
de preguntas sobre educación y experiencia laboral relacionadas
con el cargo a cubrir.
-
Información al candidato sobre algunos aspectos de la
posición vacante.
-
Características generales de la empresa, oportunidades
de desarrollo y posibles beneficios.
-
Ofrecimiento de responder preguntas al postulante.
-
Pasos que siguen luego de la presente entrevista.
¿El candidato puede hacer preguntas? ¿Conviene preguntar?
Sí,
puede hacerlas. En una entrevista bien llevada, se debe dar la
oportunidad para ello. Son convenientes en la medida que indican
interés por el cargo. No obstante, debe saberse que
hay informaciones que quizás los selectores no estén
autorizados a proporcionar, al menos en la primera entrevista.
Por ejemplo, el nombre de la empresa solicitante si la búsqueda
es de tipo confidencial. Tal vez sí pueden dar idea del
rubro principal, su posicionamiento en el mercado, cuál
es la filosofía o política que aplica en sus relaciones
humanas, etc.
Algunas
preguntas indirectas permitirán conocer si se trata de
una oferta prometedora o no, como las del tipo: ¿es
un puesto a crearse o ya existe un cargo similar? ¿mi antecesor
continúa en la empresa? (fue ascendido, se jubiló,
se trasladó a otra plaza, etc.) ¿qué posibilidades
de desarrollo futuro ofrece la posición a cubrir? ¿cree
que puede ser de interés que refuerce mis conocimientos
en...? (idiomas, informática, comercialización,
etc.). Recuerde que el entrevistador necesita medir su
grado de interés en ingresar a la organización,
concepto que deberá reportar al redactar el informe sobre
su desempeño en la entrevista.
Si
la posición ofrecida resulta interesante, es posible que
se quiera saber más sobre algunas cuestiones, pero no
conviene apresurarse a preguntar sobre algunos temas como remuneración,
cumplimiento del horario, beneficios adicionales, etc. Algunos
candidatos realizan preguntas irrelevantes, originadas en la creencia
de que "conviene preguntar algo" porque ello "suma
puntos", y lo único que obtienen es lo contrario.
Dónde centrar la atención
-
¿Cómo
es la empresa?
-
¿Cuál
es el ambiente de trabajo?
-
¿Qué
imagen proyecta?
-
¿Qué
clase de empleados espera encontrar?
-
¿Qué
aportará Ud. a la organización? (y no a la inversa)
Actividades previas a la entrevista (Preparándonos para
la entrevista)
Si
se origina como respuesta a un aviso, es necesario tomarse
tiempo para tratar de vincular los antecedentes que se poseen
con los requisitos que aparecen en la publicación.
Si la formación o la experiencia tienen poco que ver con
las funciones a cumplir, será dificultoso medir el grado
de capacidad que se tiene para esa tarea. Al enviar su curriculum,
habrá puesto cuidado en ser fiel a sus antecedentes (ver
"El
curriculum camaleón"), ya que este aspecto redundará
en su desempeño durante la entrevista y en el informe que
sobre usted se eleve.
Si
se trata de una presentación espontánea,
es muy positivo obtener previamente toda la información
posible sobre la empresa. Porque es casi de rutina que se
inquieran las razones por las cuales se desea ingresar a la compañía
en cuestión, qué se sabe de ella o por qué
despierta interés.
Lo
que hasta aquí se ha expuesto es una apretada reseña
de los puntos principales de una entrevista laboral. El conocerlos
ayuda a ahuyentar temores, evitando que la preocupación
por lo desconocido interfiera en el proceso de selección.
|