El curriculum es sólo uno, ya
que vida hay una sola.
Pero las cartas que lo acompañan cambian según
el mensaje que se quiera trasmitir.
Es el único lugar del cual se dispone para hablar de las
motivaciones y posibilidades del postulante.
En presentaciones espontáneas es de mucha utilidad.
Cuando se envía una solicitud a una empresa que no nos
llamó y de la que ni siquiera se sabe si nos necesita,
la carta lleva el mayor peso de la presentación.
El texto de la carta debe ser el resultado de un profundo y detallado
análisis entre lo que se posee, capital intelectual, y
lo que se desea hacer, obviamente sobre ese patrimonio. El manejo
adecuado de nuestros recursos, a través de una estrategia
hábilmente estudiada y una forma apropiada de expresarlos,
puede ayudar a sortear obstáculos en la búsqueda
laboral. La carta de presentación será entonces
el lugar indicado para argumentar interés, posibilidades
de contribuir con la organización, motivación para
el puesto, etc.
Una buena carta de presentación es aquélla que despierta
interés e inquietud por conocer a quien escribe esas líneas.
Los
5 párrafos clave
Motivo
del envío: ¿Por qué me dirijo
a Ustedes? Explícitamente, se debe argumentar si es
una oferta espontánea, o la respuesta a un aviso. Además,
como mínimo, debe darse alguna pauta de que se conoce la
empresa, al menos superficialmente, y que se tiene interés
en ingresar. No es admisible que en la carta exprese "es
mi deseo sumarme al proyecto de una empresa líder en su
segmento...." y en una entrevista posterior confesar que
no sabe ni siquiera qué productos elabora.
Típica pregunta que deberá contestar: "¿Por
qué quiere trabajar con nosotros?". Si se conoce
a sí mismo en cuanto a sus posibilidades y limitaciones
(y si sabe algo de la empresa), responderá en forma contundente
y segura. Si así no lo hace, habrá perdido la oportunidad
de demostrar que está listo para desempeñarse.
Perfil
del postulante: Es el momento de hablar de la formación
profesional que posee (desde luego, orientada al puesto al que
aspira), sobre qué otros conocimientos aporta (por ejemplo
si habla inglés o alemán), si tiene planeado seguir
formándose (en algo afín a su propósito laboral)
o si tiene algún valor agregado (por ejemplo: ser arquitecto
y tener conocimientos en ventas, para alguien que se postula a
una empresa de materiales para la construcción).
Argumentar qué quiere
y puede llegar a realizar dentro de la empresa. Este
punto es tan difícil de analizar como necesario. Debe
ser considerado previamente a la confección de la carta.
Sirve para dibujar la estrategia a seguir, pero no debe ser
revelado ni explicitado en la misma. El objeto de evaluar
este ítem, es para ser aplicado, como ya hemos dicho, a
las argumentaciones que contendrá el texto.
Broche
final:
Debe despedirse y aclarar cuál es el próximo
paso. ¿Va Ud. a comunicarse telefónicamente?
¿Queda a la espera de ser llamado? ¿Desea ser llamado
para alguna búsqueda puntual e inmediata, o desea ser tomado
en cuenta para una posibilidad futura? Deje en claro qué
es lo que espera que ocurra.
Estrategias
para una carta eficaz
Comience
preparando un borrador base que va a servirle para futuras cartas,
sabiendo que va a introducir cambios en cada caso particular.
Revíselo, asegúrese de que el texto sea veraz y
claro. Ahora, lleve todas esas ideas a una carta tipo.
Su próximo problema es decir todo lo que cree necesario
en no más de 30 líneas. Léalo varias
veces, y haga que lo lea otra persona. Recuerde que su interlocutor
no lo ve a Ud., ni lo tiene a su lado para ampliar detalles de
cada párrafo. Trate de mostrar entusiasmo y dinamismo sin
caer en la petulancia. Piense que ésta es la primera carta
de marketing que Ud. escribe, pero para el selector, no es la
primera, ni siquiera la última que recibe. No caiga
en frases hechas o clisés archiconocidos. No aburra
a su lector repitiendo textualmente lo que dice su C.V., pero
aproveche para ampliar algunos conceptos que no puede, por
sus mismas características, incluir en él.
Sintonice su presentación con el tipo de organización
a la que se dirige, pues no es lo mismo, una carta dirigida a
una agencia de publicidad, que la que se envía a un estudio
jurídico.
Como dice un experto buscador de empleo, ingeniero agrónomo,
diestro administrador de campos: "La carta cumple la
función de despertar el apetito del selector. Hay que hacerle
sentir el olorcito del asado y no empacharlo con toda la carne
del asador".
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