JAPONÉS

El avance de un idioma milenario

En general, se conoce muy poco sobre el idioma japonés. Sorprende saber que más de 2.500 personas ya están estudiando esta lengua. Es una forma de acercamiento a una cultura diferente y milenaria, que avanza con el poder de sus brazos orientales. Como surgió, quiénes lo estudian y cuáles son las características del idioma japonés, son las tres cuestiones que plantea este artículo. Al final listamos el ranking de centros de enseñanza en la Argentina.

Como muchos otros, el pueblo japonés surgió de la combinación de diversas civilizaciones. Los habitantes del Asia continental se mezclaron con los nativos de las islas japonesas y las islas del Pacífico que estaban más próximas. Posteriormente, grupos de inmigrantes influyeron en su lengua y su cultura. En el aspecto religioso, por ejemplo, a la doctrina originaria del Japón, el sintoísmo, se integraron otras religiones como el budismo y el cristianismo. Nacido en la India, el budismo se incorporó en Japón a través de China y Corea, a mediados del siglo IV. El cristianismo llegó por intermedio de misioneros españoles y portugueses durante el siglo XVI. A partir de las combinaciones culturales sufridas, cada región adoptó costumbres propias en aspectos religiosos, festivos, leyendas populares, e incluso comidas.

En la escritura, la influencia de otras civilizaciones es evidente. La comunicación de los primitivos habitantes de Japón abarcaba sólo el habla. La representación gráfica apareció con la escritura china. Los caracteres chinos (kanji) introducidos entre los siglos III y IV, fueron adoptados para escribir el idioma japonés. Sin embargo, sólo la aristocracia manejaba el habla y la escritura china, el pueblo se manejaba con su propia lengua nipona. Con el correr de los siglos, se lograron unificar los criterios de aplicación de la escritura china al habla japonés.

Debido a la complejidad del kanji, caracteres usados para describir palabras o ideas completas, hacia principios del IX fueron creados otros dos sistemas de escritura: el hiragana y el katakana.

Ambos alfabetos, compuestos de 46 letras, son utilizados como complemento del kanji. Es así como en una misma palabra u oración se combinan los tres tipos de escritura para dar el significado deseado. Según el profesor Masuharu Ono, del Centro de Estudios de Japón de la Universidad de Belgrano, el katakana es utilizado para las palabras extranjeras que aún no han sido incorporadas o transformadas a la lengua nipona como, por ejemplo, marcas comerciales o nombres extranjeros de personas o de lugares.

La forma que se emplea para construir las oraciones es a través del sujeto, el objeto directo (complementos) y el verbo. Al interrogar, la estructura no cambia, pero debe sumarse "ka" al final de la frase. En este idioma no hay género, número o persona gramatical y la acentuación no se distingue entre las palabras agudas, graves y esdrújulas, sino en alto y bajo.

Un idioma de sensaciones

Un artículo publicado por la revista Idiomanía informaba que el japonés tiene varias palabras para expresar impresiones causadas por el gusto a la textura. Existen muchísimas giseigo (onomatopeyas) y gitaigo (palabras que se utilizan para describir emociones, formas y sensaciones táctiles, auditivas y físicas) que transmiten una enorme variedad de sentimientos y sensaciones. Las onomatopeyas y las palabras expresivas son parte esencial del idioma japonés: se utilizan en la charla cotidiana, también en los periódicos y en las obras literarias. La mayoría de estas palabras no tienen equivalentes en los idiomas occidentales. Son imprescindibles en esta lengua nipona.

Algunos de los ejemplos más gráficos del uso de estas palabras se los puede encontrar en los haiku. Masahiro Takagi, Agregado Cultural y Director del Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón, explica que el haiku es una poesía de diecisiete sílabas (tres versos de cinco, siete y cinco cada uno). Es breve y profunda. Expresa los estados de ánimo del poeta y su relación con el universo. Hay un lugar privilegiado en este estilo poético para el sol, la luna, los animales, el fuego. Un estilo que no solo queda circunscripto a los escritores japoneses. Jorge Luis Borges también incursionóredactando, en castellano, una serie de diecisiete poemas haiku (de diecisiete sílabas cada uno).

Acercarse al japonés

Mashiro Takagi sostiene que los motivos que actúan en la gente para estudiar la lengua japonesa son diversos. La atracción cultural es importante. "Muchos jóvenes, como por ejemplo sucede en Francia, se acercan motivados por los dibujos animados o la pintura japonesa, que son muy populares". Otros, a partir del estudio de ciertos deportes como puede ser el judo. O motivaciones personales como viajar para conocer o estudiar en Japón. Un factor de interés actual y fundamental se encuentra en la ventaja de conocer el idioma para acceder a algún puesto en una empresa japonesa.

En la Argentina, los estudiantes de japonés suman más de 2.500, de los cuales alrededor de 1.600 son descendientes de japoneses. Para ellos existen 24 colegios en todo el país y son 16 los institutos en los que se puede aprender esta lengua.

Para la profesora Tomoko Aikawa, traductora y docente del Instituto de Enseñanza Superior de Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández", asimilar el idioma lleva 3 años básicos. "La ausencia de transparencia lingüística no implica que sea difícil. La principal es que en un principio no se puede leer, pero con el tiempo y la dedicación se puede lograr son ningún tipo de inconveniente". La característica que facilita el estudio del idioma es la transcripción de las sílabas japonesas en letras romanas. El método para los adultos comienza con una sólida base gramatical con apoyo de la reproducción romanizada; luego, de manera paulatina, se introduce la escritura nipona.

A pesar de sus diferencias, el castellano y el japonés comparten semejanzas en la fonética. En el Instituto de Investigaciones Sensoriales, Tomoko junto a un grupo de profesionales, analizaron que la pronunciación japonesa, al ser unidad de sílabas, tiene un sonido similar al castellano. Los dos idiomas comparten las cinco vocales pero en diferente orden (aieuo). Muchas veces, las sílabas están conformadas por una consonante y una vocal y no existen diptongos ni dobles consonantes, por ese motivo es más fácil pronunciarlo y escribirlo para quien habla castellano que para el que habla francés o inglés.

 

El examen tan temido

Cuatro son los niveles del idioma japonés. En nuestro pais, solamente se pueden rendir exámenes en Buenos Aires, en el Centro de Cultura e Idioma Japonés en la Argentina, institución que organiza el test oficial con el auspicio de la Embajada y de la Fundación Japón. Las correcciones se realizan en Japón. El examen se toma en mismo día en todo el mundo. La fecha aproximada es en diciembre y siempre cae en domingo.

Normalmente, rinden en Buenos Aires alumnos de Mendoza, Neuquen, Bahía Blanca, San Luis, Rosario, Córdoba, Entre Ríos, también del Uruguay. Los que estudian en el Noroeste del pais van a rendirlo a Paraguay. Usualmente son alrededor de 500 los descendientes de japonés y 100 los no descendientes que se inscriben por año a la prueba de nivel.

El mundo nipón

Casi 378 mil kilómetros cuadrados ocupan las más de 6.800 islas que componen la nación japonesa. Cuatro de esas islas forman el 98% del país. Estas son Hokkaido, Honshu, Shikoku y Kyushu.

Esta monarquía constitucional con primer ministro y sistema bicameral, que festeja con riguroso feriado nacional cada 23 de diciembre el cumpleaños del Emperador, es un mercado potencial de 125 millones de personas con un ingreso per capita de 20.400 dólares anuales. Japón maneja el 15% de la economía mundial a pesar de importar prácticamente toda su materia prima. Tres son las causas fundamentales de semejante potencia: inversión, innovación tecnológica y recursos humanos.

Sobre este último aspecto, podemos afirmar desde nuestra mirada accidental, que los japoneses padecen de una enfermedad desconocida: la contracción al trabajo. Con dos mil horas al año que trabaja un ciudadano medio –según cifras oficiales – el país figura tercero en el ranking de laboriosidad, por encima, incluso, de Alemania. Trabajar es una cuestión cultural. Es el gran atractivo vital en una sociedad que admite cierto rechazo al tiempo libre. Este mundo sumergido en la rutina de la tecnología y el trabajo sin descanso, es inseparable del meticuloso orden y la puntualidad que la sociedad japonesa tradicionalmente impone a su manera de funcionar.

Masahiro Takagi justifica el trabajo excesivo con la intención de hacer sentir al trabajador como planificador de propuestas, como pieza fundamental en el funcionamiento de la empresa o fábrica. El trabajo serviría así como medio para aumentar el reconocimiento y la pertenencia de la persona. Explica que el mejoramiento continuo de la producción está en la capacitación de la gente y no simplemente en el perfeccionamiento de las máquinas implementadas.

Gran parte de la potencia económica de Japón se basa en su industria, los automóviles y la calidad de los equipos electrónicos están reconocidos en el ámbito mundial. El país es, además, líder mundial en equipos de telecomunicaciones. Muchas compañías niponas están abriéndose al mercado mundial sin intermediarios, instalando fabricas en otras regiones. Casi la mitad de la inversión directa de Japón va dirigida a Norteamérica, también se invierte en Europa, Asia y América Latina. En la Argentina, poco a poco, se están estableciendo grandes empresas tales como Toyota y Yakult.

Japoneses en la Argentina

Son aproximadamente 30.000 los miembros de la colectividad japonesa en nuestro país (sumando residentes temporarios y permanentes más descendientes directos). Esta comunidad es la cuarta en el mundo por importancia numérica después de Brasil (donde suman 1,3 millones de personas), Estados Unidos y Perú.

Desde principios de siglo, y sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los japoneses llegados a la Argentina provenían de zonas rurales o de pequeños poblados. A los propios obstáculos que presentaba la adaptación al puerto, al conventillo o a la fábrica, debieron sumar enorme dificultades para transmitir a sus hijos una cultura con diferente graduación de valores. En nuestros días, la emigración japonesa ha bajado considerablemente.

Entre el sushi y la hamburguesa

"La simpleza y la humildad, son propiedades que identifican a los japoneses", comenta el profesor Masuharu Ono.

Suminasen (perdón, disculpas) significa este asunto no termina aquí, le debo algo para compensar el error. "Se usan expresiones honoríficas que reflejan modestia ante el interlocutor".

Arigato (gracias) remite a un enunciado del tipo "es difícil de creer que ocurra algo como esto". Estos usos característicos de respetuosa sumisión ante el otro siguen aun hoy vigentes en esta potencia.

Sin embargo, el Japón milenario, desde hace años está siendo invadido por costumbres de sociedades occidentales. Los kimonos, por ejemplo, han sido apartados del uso cotidiano por ropas más prácticas y cómodas. Las ceremonias del té o lo típicos platos tradicionales de la exquisita cocina japonesa, hoy en día, se combinan con rápidas hamburguesas y helados. Masuharu Ono sostiene que si bien por un lado son los jóvenes los que más absorben hábitos de otras culturas como la norteamericana, las costumbres propias son retomadas cuando se forman nuevas familias. Ya sea en los días festivos o en las ceremonias o desde la escuela, la reivindicación de las prácticas tradicionales está muy presente en la cultura nipona.

Mil grullas

El origami es una artesanía tradicional. Plegar cuadrados de papel de diferentes formas de colores es un pasatiempo popular en Japón. Se toma una pieza de papel y se la dobla de tal manera de forman figuras diversas. Animales, flores u objetos. Existe una antiquísima costumbre en la que este tipo de manualidad cobra un significado fuerte. Cuando una persona está muy enferma, los familiares y amigos fabrican mil grullas de papel doblado como forma de oración por la recuperación o el descanso del enfermo. El origami esta creciendo en popularidad por todo el mundo. De hecho, en los últimos años, se han creado asociaciones de origami en 17 países.

 

 

TESTIMONIO

Estudiar en Japón con una beca

Sebastián es un muchacho común y corriente. Nació en Buenos Aires, es fanático de Boca Juniors y le gusta pasear en bicicleta. Tenia un sueño, deseaba, algún día, poder viajar y conocer sitios lejanos. Lo extraordinario es que, un día de abril de 1996, Sebastián dejo de soñar... porque su sueño... se hizo realidad...

"Pibe, te venias a estudiar a Japón..."

Ficha técnica del becario:

  • Sebastián Oscar Danielache, 22 años.
  • Cursó en Argentina en CBC de Ciencias Químicas.
  • En 1996 ganó una beca para estudiar Química de Materiales en Japón, en el National College of Technologies of Toyama.

Estoy en Japón por esas vueltas de la vida. Al entrar en 6to año de la secundaria, un día fui al centro cultural de la embajada de Japón y pregunté sobre la posibilidad de obtener una beca; en ese mismo momento me dieron los papeles explicativos. Toda gestión que siguió a aquel primer impulso y los trámites que se exigían, los hice solo, sin ayuda de nadie. La única colaboración externa fue una carta de recomendación de mi escuela secundaria (que era uno de los requisitos a cumplir).

Al año y medio, me presenté al Centro y estuve cerca pero no alcancé el puntaje necesario, eso me dio fuerza y al año siguiente me presenté de nuevo, y esta vez sí, aprobé los exámenes. Al poco tiempo me aceptaron desde Tokio y me dijeron algo así como: "Pibe, te venís a estudiar a Japón...". Ahora parece sencillo, pero fueron dos años de esfuerzo.

En un principio, lo que me motivó fue el deseo de viajar; luego, poco a poco, fui tomando conciencia de la importancia que tiene el hecho de ser becado; entonces, esto, que empezó como un juego, se convirtió en un proyecto para no dejar pasar a la ligera.

La beca...

Mi beca, fue otorgada por el gobierno japonés, y cubre absolutamente todo hasta marzo del 2000, desde colegiaturas hasta una mensualidad para vivir, alojamiento, visa, un seguro de salud, etc. Luego, necesito conseguir una extensión por dos años mas. Se trata de estudiar duro desde el principio, y así tener mejor puntaje.

Lo mejor y lo peor...

Al llegar a Tokio y empezar con el curso de idioma sentí que la presión para enseñarnos era brutal, y después, cuando llegué al College, me tuve que enfrentar con una cultura muy diferente, entender su gente y atender mis estudios. Hay historias trágicas sobre algunos estudiantes, no todos logran adaptarse.

Estoy contento y plenamente convencido de que me toca vivir una experiencia única. El año que residí en Tokio, estudiando japonés: éramos casi 400 chicos y chicas de TODO el mundo, me hice amigos para toda la vida.

Sebastián Danielhaceh, desde Toyama College Japón, reporteado vía e-mail por Liliana Velarte.

Para saber más

  • Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón. Paraguay 1126, Capital Federal. Tel.: 4816-4508/3111
  • Centro de Cultura e Idioma Japonés en la Argentina. Dr. Enrique Finochieto 840, Capital Federal. Tel.: 4362-8893
  • Asociación Japonesa de la Argentina. Av. Independencia 734, Piso 2, Capital Federal Tel.: 4300-1182


Fuente: Becas & Empleos – EL BOOM DE LOS IDIOMAS 1998 . Autora: Carina Axelrad




RANKING

Estos son los 15 centros de idiomas que enseñan el idioma japonés en la Argentina,
ordenados por la cantidad declarada de total de estudiantes de esa lengua por año.


 1. UBA – CENTRO CULTURAL ROJAS125 alumnos
 2. UBA – FACULTAD DE FILOSOFIA, LAB. IDIOMAS125 alumnos
 3. ASOCIACION JAPONESA35 alumnos
 4. IES DE LENGUAS VIVAS "JUAN R. FERNANDEZ"35 alumnos
 5. INSTITUTO TOZAI (Boulogne, Pcia Bs As)35 alumnos
 6. BERLITZ SCHOOL OF LANGUAGES15 alumnos
 7. FEEDBACK CENTRO DE IDIOMAS15 alumnos
 8. UNIVERSIDAD DE BELGRANO, FAC. DE LENGUAS15 alumnos
 9. CELC (Quilmes)15 alumnos
10. CADI5 alumnos
11. EXPO-CURSOS5 alumnos
12. LXS S.A.5 alumnos
13. INTER HOTEL5 alumnos
14. IAIM – INSTITUTO INTERCULTURAL (Mendoza)5 alumnos
15. POLIGLOTA (La Plata)5 alumnos

Estos 15 centros de idiomas concentran el 100 % del total de 440
estudiantes de idioma japonés registrado por la encuesta en el país.
Solamente un centro, la Asociación Japonesa, envía 5 estudiantes
al Japón por año, para estudiar su lengua.


Fuente: Becas & Empleos, Anuario Idiomas 2000.





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