ITALIANO

El idioma de la nostalgia

Los inmigrantes italianos no sólo trajeron en sus valijas sus costumbres y tradiciones, sino también una forma de concebir la vida. Más allá de la típica pasta de los domingos o una pizza con faina, al estudiar italiano reconocemos nuestras raíces en una cultura plagada de poesía, color y música. Sin descartar la ventaja distintiva de dominar el idioma, a la hora de competir por un puesto en una empresa de capital italiano.

En nuestro país, los estudiantes de italiano suman alrededor de 10.000, sólo contabilizando los que estudian en la Dante Alighieri. Para ellos como para otros argentinos este idioma resulta muy familiar. ¿Quién no ha escuchado algún pariente cercano pronunciar frases o palabras en un confuso italiano?. Por eso, los principales motivos que impulsan a la aventura de aprender este idioma son: conocer y comprender el lenguaje de los orígenes - ese mundo lleno de anécdotas y sabiduría -, obtener un elemento de peso para proyectarse profesionalmente dentro de una empresa italiana, realizar emprendimientos turísticos o simplemente, por placer y distracción.

Orígenes del italiano

El italiano se origina en el latín vulgar, nombre que utilizaron los invasores germanos para designar la lengua hablada por los pueblos invadidos en su vida cotidiana. Como era costumbre, se despreció todo aquéllo que pertenecía a las poblaciones vencidas, por ende, lo descalificaron. Sin embargo, estos acontecimientos sirvieron para que la lengua incrementara en forma considerable el número de vocablos. A la vez, introdujeron nuevas costumbres e ideas, que necesitaban expresar adaptando al vulgar las palabras que las designaban, con lo cual el lenguaje se enriqueció.

Además de las invasiones germánicas, otra causa que determinó el afianzamiento del vulgar fue el cristianismo. Siempre una lengua corresponde a las necesidades de expresión que la motivan. Así con el establecimiento del catolicismo en Italia fue preciso crear un nuevo idioma, basado en el latín y con sintaxis del vulgar, que respondiera a las normas de pensamiento divulgadas por la Iglesia.

A raíz de la derrota de la casa germana, el centro de la cultura se trasladó de la Italia Meridional a la Septentrional y se asentó en Toscana. En Florencia surgieron movimientos literarios de gran pureza y agilidad que influenciaron de manera significativa la forma de expresarse. Uno de sus máximos exponentes fue Dante Alighieri (1265-1321), autor de la Divina Comedia, quien tuvo la virtud de impulsar el vulgar a la categoría de lengua culta, depurarlo de rudezas y confiarle características propias.

A causa de la división política de Italia, de las distintas invasiones y la falta de comunicación, cada comarca aportó, al italiano básico, diferentes regionalismos, originando más de 300 dialectos. Hasta que se decidió homogeneizar la lengua nacional bajo las características del toscano.

Lo fácil y lo difícil

¿Cuáles son las ventajas o desventajas que tiene un alumno argentino en el momento del estudiar este idioma?. Analía Soria, responsable de la Dirección Didáctica del área de cursos inferiores y medios de la Dante Alighieri, explica que "tanto en el ámbito familiar como el escolar algunas personas conviven con italianos, por lo tanto, logran acostumbrarse fácilmente al sonido de la lengua. Por otro lado, muchas veces se acostumbran a hablar dialectos y cuando se acercan a aprender el italiano standard se encuentran con un panorama totalmente distinto. Pasar del conocimiento del regionalismo al estudio del verdadero idioma es una situación problemática".

Otra dificultad, que complica la adquisición del idioma, es el preconcepto de que el italiano es fácil. En realidad, es mucho más complejo gramaticalmente que el inglés. "El uso de los verbos auxiliares, las preposiciones y sus funciones y la correlación de los tiempos verbales con determinados pronombres son temas difíciles para el alumnado, teniendo en cuenta que en el español no existen esas reglas", sostiene Soria.

¿Sus ventajas? Ser un idioma flexible (no posee estructuras rígidas) y la transparencia de sus palabras (se dicen prácticamente igual al castellano, lo que permite al estudiante estar menos atento al vocabulario).

Un elemento importante para comprender cómo está constituida esta lengua es el contexto social. "Hay una interrelación muy fuerte entre el italiano y la cultura. El lenguaje es de una determinada manera y no de otra porque existe una historia que le da sentido. Se puede aprender el italiano sin entender la cultura pero no sería tan auténtico. El elemento cultural te indica cómo actuar y qué decir en cada situación".

Nuevos métodos de enseñanza

Las técnicas desarrolladas tienen como base la comunicación pero no descuidan la parte gramatical. A partir de textos literarios o diarios se establecen diálogos sobre temas cotidianos.

"La enseñanza cambió a lo largo del tiempo. Hace 15 años se manejaban los textos audiovisuales, eran figuritas y a través de ellas se contaban y se repetía de memoria los textos. Los primeros libros partían de la gramática para llegar al diálogo y en la actualidad ya no es así. Ahora se empieza de una situación comunicativa y se deduce las reglas, es el método deductivo, funcional y racional. Es decir, se parte de las funciones: 'yo quiero comprar en el mercado', en primer lugar se le enseña a decir qué quiere adquirir allí y después se le dice cuáles son las estructuras que se utilizan para llegar a esa función", comenta la responsable de la Dirección Didáctica de la Dante Alighieri.

Estas modificaciones se deben principalmente a la evolución de otros idiomas y a la necesidad de conversar que tiene el alumno al llegar a Italia y no de conjugar un verbo o explicar una expresión idiomática. Este método es más fácil y los resultados son positivos en menor tiempo. En los primeros tres años de estudio se manejan entre 3000 a 4000 palabras. Después los alumnos agregarán gradualmente otros vocablos a medida que se involucran en otras temáticas como la literatura o el arte.

El italiano en la Argentina

Sin lugar a dudas, el instituto más tradicional del país para estudiar italiano, es la Asociación Dante Alighieri, fundada por inmigrantes italianos el 19 de septiembre de 1896, con el objetivo de conservar y difundir su cultura y su lengua. "Por esa época teníamos alrededor de 50 alumnos. Con el tiempo, fuimos creciendo e inauguramos en la Argentina 130 entidades autónomas, que colaboran entre sí para lograr un adecuado funcionamiento", nos cuenta su presidente, Doctor Carlos Manzone.

Sólo en la Capital Federal reúne alrededor de 4500 estudiantes. El promedio de edad de los alumnos es de 20 a 30 años; los adolescentes suman aproximadamente entre 150 a 200, convirtiéndose en el segmento poblacional que menos concurre al establecimiento. Según el Dr. Manzone, "en general, el padre que desea que su hijo conozca el italiano busca inscribirlo en una escuela integral de doble título, de manera que al recibirse pueda ingresar tanto en una universidad argentina como italiana".

La Dante dicta cursos regulares, acelerados, rápidos, infantiles y adolescentes, de conversación, complementarios y de verano. Además, tiene la posibilidad de desarrollar clases individuales, orientar el estudio del idioma a ramas específicas como cultura y literatura, capacitación docente, aggiornamiento - programa de actualización para docentes del interior del país- y seminarios libres sobre diferentes temáticas como historia del arte, mitología, interpretariado, taller en Internet, correspondencia comercial y literatura contemporánea.

Asimismo se entregan becas a estudiantes para visitar Italia, que incluye un pasaje de ida y vuelta y una contribución de $1000 en efectivo. En 1996, 35 becados viajaron al viejo continente.

En 1998, la Dante Alighieri realizó la apertura de su Instituto Terciario, incorporado a la enseñanza oficial, que brinda las siguientes carreras: Profesorado de Italiano con una duración de 4 años y la Formación de Técnico Superior de Turismo de tres años de estudios.

También, existen otras instituciones destacadas en la enseñanza del idioma. El Instituto Italiano de Cultura, que depende de la Embajada de Italia y ofrece cursos de aprendizaje y conversación. Allí, al finalizar los tres niveles anuales de estudio, se puede rendir el CELI (Certificado de Lengua Italiana), otorgado por la Universidad para Extranjeros de Perugia.

El Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras ofrece cursos cuatrimestrales, en tres niveles de 3 horas semanales, con especialidad en audiolectocomprensión, conversación y lectura. El Instituto de Educación Superior de Lenguas Vivas, brinda clases de dos horas, dos veces por semana, para desarrollar el estudio del idioma en 4 niveles. El infatigable Centro Cultural Rojas, organiza cursos anuales en tres niveles de 2 horas semanales. También el Profesorado Joaquín V. González tiene alrededor de 15 alumnos.

Historias de docentes en acción

La Profesora M. Marta Furmento, docente del Instituto de Enseñanza Sup. de Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández, comenzó a asimilar el italiano desde que nació porque sus abuelos eran inmigrantes. Cuando terminó el secundario decidió concluir sus estudios en la Dante y después continuó en el profesorado. "Fui a Italia en 1983 para perfeccionarme. Obtuve una beca a través del gobierno italiano para ir a Perugia. Allí hay una famosa universidad para extranjeros que se dedica exclusivamente a la enseñanza de la lengua. Durante dos meses tuvimos clases bien organizadas por excelentes profesores de lingüística. Fue una linda experiencia ya que tratamos siempre de vincularnos con italianos y vivir como ellos para adquirir bien la lengua". Marta también nos contó que el italiano como todo lenguaje se modifica continuamente y que este viaje le sirvió para poner al día sus conocimientos y "mamar" el modo de vida de los italianos, saber que ahora puede trasmitir mejor a sus alumnos.

Por su lado, Laura Giardini, profesora de la Asociación Dante Alighieri, ganó una beca que anualmente otorga la institución donde trabaja. En enero de 1996/97 estuvo en Roma en una de las casas de International House. "En mi caso, realicé un Curso de Formación para Docentes que consistía en analizar nuevas metodologías de enseñanza, a través de la permanente investigación de los 9 docentes que integrábamos el grupo. Aprendí muchas estrategias novedosas y a tener confianza en mí misma. En innumerables ocasiones uno no se atreve a desarrollar conceptos innovadores por la falta de confianza. Estas clases te estimulan a aplicarlo frente a un alumnado. En este momento estoy empleando la reconstrucción de conversación, la creación del escrito -poder crear un texto-, la autocorreción y la reflexión muy profunda sobre lo que se ha hecho. Por otro lado, ya no se utiliza la palabra error, porque existen distintos recorridos que realiza la mente para aprender un idioma, hay que pensar en lo que hicimos y no tanto en la meta. Son diversos caminos para llegar a un mismo lugar. Ahora se le está prestando más atención a los contenidos -es decir, lo que el autor quiere decir y lo que el receptor entiende- aunque nunca se descuidan las formas. Creo que todo docente debería realizar un viaje de esta naturaleza para actualizarse".

El italiano, una ventaja comparativa en empresas

A la hora de buscar un empleo en una empresa italiana no es primordial saber hablar italiano pero sí un importante valor agregado.

En general, la importancia de manejar este idioma depende del área de trabajo en donde la persona se desempeñe. "Los profesionales que más se comunican en italiano con la casa matriz son las secretarias, especialistas en recursos humanos e ingeniería, -opinó Nidia Demo, responsable del sector de capacitación de Pirelli Cables-. Para ellos, se organizan cursos in company. En cambio, para aquellas personas que deseen aprenderlo en forma particular se le otorga un 50% de descuento en la Dante". Y agrega que "en los niveles gerenciales todos conocen la lengua a la perfección, a veces realizan cursos de perfeccionamiento".

Para Martha Bani, jefa de personal de Olivetti Argentina "los empleados que más necesitan un buen conocimiento del idioma son las secretarias de Dirección y la búsqueda de las mismas se lleva a cabo en la Dante".

Siendo detallistas

El italiano consta de 21 letras, 5 vocales y 16 consonantes. Los artículos que designan el masculino son il y lo, y para los femeninos la y sus respectivos plurales son i y gli y le. Los sustantivos se dividen en concretos, abstractos, colectivos, comunes y propios; los adjetivos se discriminan en calificativos (atribuyen una cualidad) y determinativos (indican la posesión, el número y la cantidad, etc.); forman plurales, singulares, masculinos y femeninos cambiando vocales. ¿Y los verbos? Tienen similitudes con el español en cuantos a sus modos y tiempos, siempre trabajan con dos tiempos compuestos. En la actualidad no se usa el pretérito imperfecto del subjuntivo, éste se modificó por el mismo tiempo verbal pero del modo indicativo.

Día a día, el idioma se modifica por introducción de nuevos términos extranjeros -especialmente del inglés y francés- y por situaciones cotidianas que requieren agilizar el uso del mismo.

Todos los caminos conducen a Roma...

... o a cualquier otro pueblito de color terracota y calles angostas, de puentes mágicos y escultoras históricas. Conociendo la magia de esta tierra, a través del Instituto Italiano de Cultura, el gobierno ofrece 6 becas de posgrado para aquellos jóvenes no mayores de 35 años, graduados y que posean sólidos conocimientos de la lengua italiana. Ellos podrán elegir la universidad y la propuesta de investigación. Duran 8 meses y se les otorga un monto mensual de $800. Toda la documentación se puede presentar hasta el mes de febrero de cada año. También el Instituto, brinda varias posibilidades para todos aquellos que deseen realizar un curso para aprender el idioma en Italia. La oferta es muy amplia en cuanto a casas de estudios, precios y duración, en ciudades como Siena, Florencia, Livorno, Roma, Napoli, Elba, Rimini, Padua, Bologna, Perugia, Palermo, entre otras. Por lo general, este ente cubre los gastos del programa de capacitación y en algunos casos, el alojamiento.



Fuente: Becas & Empleos – EL BOOM DE LOS IDIOMAS 1998 . Autora: Mónica Zecca

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