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Cada
diario, en cualquier parte del mundo, tiene sus características,
su ideología, sus criterios políticos, sus intereses, su
estilo. Y por supuesto (como consecuencia de todo lo anterior), cada diario
también tiene sus lectores.
En Estados Unidos circula un email que define cabalmente, apelando al
humor, qué tipo de público lee cada diario:
- El Wall Street Journal es leído por la gente que dirige el país.
- El New York Times es leído por la gente que piensa que dirige
el país.
- El Washington Post, por la gente que piensa que ellos deberían
dirigir el país.
- El USA Today, por quienes piensan que ellos deberían dirigir
el país, pero no entienden el Washington Post.
- Los Angeles Times es leído por la gente que no tendría
problemas en dirigir el país, si pudieran hacerse el
tiempo.
- El Boston Globe, por aquellos cuyos padres acostumbraban dirigir el
país.
- El New York Daily News es leído por la gente que no está
muy segura de quién está dirigiendo el país.
- El New York Post, por la gente a la que no le importa quiénes
están dirigiendo el país, en tanto hagan algo
escandaloso.
- El San Francisco Chronicle es leído por la gente que no está
segura de que haya un país o de que alguien esté
dirigiéndolo.
- El Miami Herald es leído por la gente que está dirigiendo
otro país.
Más allá de las ironías, lo que este "decálogo"
demuestra es que leer un diario no es una actividad pasiva. Tras sus textos,
sus fotos, sus tapas o sus editoriales, los temas que eligen y rechazan
sus editores, su diseño, sus infografías, en suma detrás
de cada pequeño detalle se oculta información que el receptor
debe saber decodificar.
Por eso, desde Periodismo.net proponen un
taller al que han llamado simplemente "Como
leer los diarios" para revelar estos mensajes ocultos de la
prensa escrita. Y guiando a los participantes estará Orlando
Barone, un periodista y docente de amplísima y reconocida
trayectoria.
Becas & Empleos invita a todos sus lectores a participar de esta experiencia
que pretende transformar una actividad rutinaria en una de información
a conciencia.
Fuente: Periodismo.net, octubre de 2003
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