AUTOEMPLEO
Con
las riendas en la mano
El
desempleo llegó para quedarse. Aunque los economistas siguen midiendo
tasas y realizando encuestas, lo cierto es que se avecinan tiempos en
los que el empleo efectivo será una excepción. La mayoría
de los profesionales, científicos e intelectuales conformarán
una clase pensante que brindará sus servicios en forma temporaria,
relativamente autónoma y con nuevos mecanismos de autoempleo, el
gran ausente de las estadísticas y mediciones tradicionales.
En nuestro
país, el fuerte ajuste estrucutral acentúa un proceso que
ya es reconocido internacionalmente, y no somos pocos los profesionales
de todas las edades que ya incorporamos pautas de comportamiento de la
posmodernidad (aunque en nuestro caso se parece más a una
posnecesidad ).
Frente a eso, los microemprendimientos son una salida posible.
Aquí presentamos cómo plantearse un proyecto personal, cómo
desarrolllarse profesionalmente en esta línea y cuáles son
las personalidades que corren con más ventaja.
TENDENCIAS
· Un microemprendimiento conducido con criterio empresarial
puede llegar a ser una actividad rentable y perdurable en el tiempo.
Para ello se requiere que una o más personas creativas
y con espíritu emprendedor detecten una oportunidad factible
de ser transformada en un negocio.
· Muchas empresas reconocidas internacionalmente tuvieron
ese origen.
· Actualmente el 70 % del total de las empresas de Europa,
Japón y E.E.U.U. son PyMES.
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Una
perspectiva de desarrollo profesional
¿Qué
es un emprendedor? Es una persona que comienza reconociendo una oportunidad,
una necesidad del mercado sin satisfacer, y que, en base a ello, organiza
los recursos económicos para salir a ocupar esa necesidad en especial.
Un emprendimiento puede ser el desarrollo de un producto o servicio o
la implementación de un procedimiento totalmente nuevo. También
puede consistir en dar una nueva aplicación a productos o servicios
ya existentes.
En todo emprendedor hay un elemento de invención y de descubrimiento,
pero ese no es el punto clave. No todas las invenciones o descubrimientos
llegan a ser éxitos comerciales.
La clave
del éxito del emprendedor es su capacidad de organización.
De ahí la definición que señala Yvon Gasse, de la
Universidad de Laval: Un emprendedor es aquella persona capacitada
para la organización de recursos humanos y materiales con el fin
de crear, desarrollar e implementar soluciones que permitan responder
a determinadas necesidades del mercado.
Un emprendimiento
se puede llevar a cabo en forma individual o conformado en grupo. Si se
trata de una sola persona, es importante identificar las cualidades básicas,
las experiencias pertinentes y los conocimientos mínimos para sacar
adelante el proyecto propio. En el caso de un grupo, la ausencia de las
cualidades en un individuo se compensarán si ellas están
presentes en otros colaboradores. Por ello, es necesario que el equipo
esté integrado por personalidades que se complementen mutuamente
y compartan objetivos comunes.
La
capacidad emprendedora
El emprendedor
siente la necesidad de lograr su realización personal. Es
alguien con ilusiones, lleno de energía y creatividad; que tiene
confianza en sí mismo y se compromete entera y totalmente en lo
que hace. Está dispuesto a correr riesgos moderados y quiere ser
independiente y autónomo. Estas características se encuentran
en diferentes grados en cualquier emprendedor.
¿Cuáles de estos rasgos son los más importantes?
Es ésta una pregunta para la cual no hay una respuesta única.
Prácticamente,
un emprendedor reúne las siguientes características (Jeffrey
Timmons, del Babson College, Harvard, U.S.A.):
- Optmista
- Intuitivo
- Inconforme
- Obsesivo
- Organizado
- Buen líder
- Tomador de riesgos calculados
- Curioso
- Observador
- Flexible
- Experimentador permanente
Los pasos para alcanzar el proyecto
personal
1) Conocimiento
de uno mismo
Uno de los factores importantes de éxito es aprender a conocerse
bien, identificando por una parte, los propios objetivos y motivaciones
y, por otra parte, las fuerzas y debilidades. Este reconocimiento es la
etapa previa a la elaboración de la estrategia para llevar a cabo
un proyecto, que debe responder a las expectativas personales y estar
en concordancia con el estilo de vida que se desea.
Cuando éste no va de acuardo con la personalidad de su gestor,
seguramente tendrá lugar un conflicto entre los objetivos personales
y las necesidades prioritarias de la empresa, con consecuencias indeseables
para ambos.
El reconocer a tiempo las aptitudes y las limitaciones va a permitir incluir
colaboradores con condiciones apropiadas, o reorientar el plan, considerando
la posibilidad de encarar otro tipo de empresa.
2) Selección
de un proyecto
Es posible tener éxito al iniciar un negocio si se toman las precauciones
mínimas y si el proyecto en conjunto se adapta bien a los recursos
y condiciones socioeconómicas del medio.
No hay que entusiasmarse con un determinado proyecto antes de haber verificado
el mercado potencial, escogiendo siempre un área en el que se tengan
ventajas comparartivas.
La concepción del proyecto debe ser la consecuencia del análisis
de un cierto número de ideas y oportunidades.
El proycto es la respuesta a la pregunta: ¿Por qué no existe
algo en el mercado semejante a lo que tengo en mente?
Hay condiciones socioeconómicas que favorecen la aparición
de nuevos servicios; por eso, se debe estar atento para desarrollar nuevos
instrumentos y transformar un nicho de mercado en una oportunidad.
3) Adquisición
de conocimientos y experiencias
Tener conocimientos acerca del área en la que se quiere establecer
un negocio. Conocer en profundidad las oportunidades y amenazas del mercado,
las fortalezas a utilizar como ventajas competitivas y las debilidades
a neutralizar.
4) Desarrollo
progresivo como emprendedor
Adecuar las actitudes personales a las oportunidades del mercado.
Armonizar los intereses personales con los inherentes a la condición
del emprendedor.
5) Inmersión
progresiva en el sistema de negocios
Ampliar los conocimientos referentes al área seleccionada para
establecer el negocio.
Familiarizarse con el medio profesional.
6) Concepción
del proyecto
Hacer una descripción completa del proyecto.
Verificar el mercado con el fin de evaluar el posible éxito del
emprendimiento.
7) Armado
de un plan de negocios
Clasificar las principales funciones de una empresa.
Hacer el presupuesto para las diversas actividades.
Ajustar el proyecto teniendo en cuenta recursos y algunas posibles eventualidades.
8) Puesta
en marcha
Seleccionar la forma legal de la empresa.
Organizar los recursos.
Iniciar las operaciones.
9) Realizar
ajustes
Adecuar la vida privada a la nueva actividad.
Adaptar el desarrollo personal al ritmo de los cambios y desafíos
del crecimiento comercial.
La innovación es la clave de
la permanencia
Poco importa
la forma en que se incie el negocio o la idea que se haya concebido, siempre
que se tenga presente que innovar es esencial si no se quiere que el emprendimiento
llegue a estancarse y desaparecer.
Un auténtico innovador es tanto aquel que introduce nuevas ideas
para hacer las cosas, como el que crea cosas nuevas. Por otra parte, la
ganacia y el éxito empresarial se derivan de esta característica
particular del emprendedor. No hay que olvidar que el emprendimiento nace
respondiendo a una necesidad del mercado y que el nuevo servicio o producto
que se desarrolla obedece a los ciclos de vida de los mismos. Por eso,
se debe procurar mejorar constantemente los servicios o crear nuevos productos
para reciclarlos o para comenzar a desarrollar nuevos negocios.
Conclusión
Hemos presentado
algunas pistas a seguir en la elección de un proyecto de empresa
propia. Para recabar mayor información, es conveniente consultar
revistas o periódicos especializados en la actividad a realizar,
participar en exposiciones, coloquios o seminarios sobre dichos temas,
y tomar contacto con las asociaciones o grupos de personas que serán
clientes, o con propietarios de empresas similares. Deberá aprenderse
mucho, en pocos meses sobre el tema elegido. En algunas circunstancias
será aconsejable recurrir a un consultor especializado en marketing
para un estudio objetivo sobre el mercado potencial que tiene el proyecto.
Fuente:
Extracto de la nota publicada en Anuario Empleos 1999. Editorial Becas
y Empleos. Autora: Liliana Velarte.
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