UNA SITUACION CONFLICTIVA ¿Cómo pedir un aumento de sueldo? Pedir un aumento es una situación de tensión y en ocasiones es un camino sin retorno. Como en el resto de los reclamos laborales, los resultados positivos dependen de una buena estrategia y de elegir el momento justo para su instrumentación. El secreto es encontrar los argumentos indicados que presenten el incremento salarial como un beneficio para el empleador y no como una pérdida. Llegó el momento de negociar. ¿Últimamente
no puede dormir de un tirón?..., ¿discute por cualquier
cosa con su mejor amigo?... ¿Los domingos a la tarde se deprime
pensando que el lunes comienza de nuevo la rutina? Quizás esto
se debe a que está atravesando un momento conflictivo en su vida
laboral. Conflictos vinculados al trabajo ocurren con frecuencia, y
los hay de muy diversa índole. Pero, hay un punto que siempre
trae problemas: pedir un aumento de sueldo.
Dentro
de un inmenso abanico, podríamos caracterizar algunas razones a
esgrimir a la hora de pedir un aumento de sueldo:
Porque le está dando a la empresa más de lo que ella le da a usted. Porque no le alcanza para cubrir sus necesidades. Porque su sueldo es más bajo de lo que se paga en mercado para puestos similares. Porque sus compañeros de tareas cobran más que usted. Porque el "nuevo" cobra más que los que llevan varios años en la empresa (usted entre ellos). Esta lista puede incrementarse hasta el infinito. Sin embargo no son razones de peso para negociar un aumento. Para obtener resultados es necesario llevar la argumentación hacia el lado del interés o beneficio para la empresa. Hay que presentar las cosas de manera que el empleador crea que gana aumentándole, y no dejar espacio para que piense en lo que puede perder. Su incremento salarial debe ser presentado como un buen negocio, no como una pérdida. Dé algo a cambio y posiciónese desde este "ofrecimiento". Las empresas existen para hacer negocios, esta es la clave. En última instancia su empleador tiene que ver cuanto "pierde" si no aumenta su sueldo.
El arte de negociar
exitosamente pasa por evaluar cuánto pierde el otro si no accede
y no cuánto gana uno mismo. Si miramos la estrategia como una
balanza, su objetivo es mirar siempre el platillo de su oponente, si
mira el suyo, la angustia y la incertidumbre le harán ceder posiciones
antes de lo necesario.
Una vez que tenga
claro el punto anterior es hora de que prepare su argumentación
central, busque una base desde la cual empezar a conversar sobre la
necesidad de "corregir" los montos de los valores percibidos.
A la hora de hacer
algunas concesiones, es posible cambiar pesos por otras prestaciones
(teniendo en claro que estos no son valores remunerativos, es decir
no aumentan su aguinaldo, aportes previsionales, indemnizaciones futuras,
etc.)
Este tema es el
punto más caliente de todos. En la actualidad las cosas son muy
distintas a aquéllas en que la inflación "diluía"
las diferencias de costos; en esos momentos los empleadores estaban
más permeables a aumentos salariales, que indefectiblemente se
trasladaban a los precios finales. Al respecto recuerdo especialmente
una negociación salarial en la que intervine en el año
1973, la empresa a la que representaba junto con otras de la misma Cámara
industrial firmamos, después de arduas negociaciones, un aumento
de salarios para el personal de planta que alcanzaba al 300% del sueldo
de ese momento. Hoy en día esta cifra suena irreal, difícilmente
alguien logre un incremento superior al 5 o el 10%. Desde luego, con
algunos de los valores que actualmente se manejan a nivel sueldos, estos
incrementos parecen ínfimos. De todos modos siempre hay excepciones.
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